La cultura occidental reserva la categoría de milagro para relatos como la multiplicación de los panes y los peces: dar de comer a muchos con muy poco o, lo que es lo mismo, estirar los recursos a límites no realistas. Los responsables de la gestión cultural vascos, específicamente los que llevan adelante la programación de música clásica, aseguran realizar este milagro multiplicador cuando presentan en estas fechas sus temporadas y programaciones. Si realmente dan lo mismo con menos habría que exigir responsabilidades por dispendios anteriores, así que seremos buenos y pensaremos que, frente al hambre, se deben dar por buenos los milagros. Felicidades a todos ellos por seguir ahí, que tiene mucho mérito.

Pero lo cierto es que la temporada 2013-14 de música clásica en Euskadi está lógicamente marcada por la crisis. Dejo de lado la ópera, con Bilbao manteniendo siete títulos pero programados en una clara deriva (o encrucijada) conservadora (de nuevo “Carmen”, “Rigoletto”, “Turandot”…) y pagando la exigente hipoteca del Tutto Verdi, con un Juan Carlos Matellanes realmente apoteósico en la defensa de la temporada como innovadora y arriesgada (!!!), y con Donostia programando La Traviata en la Quincena, no parece tampoco que por aquello de arriesgar e innovar. Pero bueno, bastante mérito tiene abrir el telón para una función de ópera en estos tiempos, más para siete títulos, y por eso algunos responsables de las programaciones incluso se felicitan y tiran de las orejas por hacerlo posible. Pues nada, de nuevo felicidades. Sin duelo.

Del panorama sinfónico hay que entresacar algunas citas sobresalientes: son picos notables en unos paisajes mas bien mesetarios. En la Quincena Musical, la Sinfónica de la Radio de Frankfurt, hr-Sinfonieorchester, con el estonio Paavo Järvi, en cualquiera de sus dos programas; la Scottish Chamber haciendo “Verklärte Nacht” de Schoenberg y el Requiem de Fauré; Michelle de Young cantando el “Urlicht” de la Resurrección de Mahler (la Sinfónica de Galicia presenta dos programas muy exigentes) y el recital de Julia Lezhneva. Seguro que hay cosas muy buenas en el ciclo de contemporánea y en el de órgano, entre otras actividades.

Paavo Järvi, director de la Radio de Franckfurt en la Quincena Musical de Donostia.

Paavo Järvi, director de la Radio de Franckfurt en la Quincena Musical de Donostia.

Las sinfónicas de Euskadi, pues hay dos sinfónicas vascas en los territorios de la CAV, afrontan sus temporadas de una forma algo precaria, la OSE sin director titular y la BOS con Günter Neuhold en su última temporada como titular. Esa precariedad debe resolverse pronto, ahora bien: quién sabe cómo. Unas palabras sobre Neuhold. Es un buen maestro, pero existe un repertorio que se le adapta muy bien, que le gusta, en el que se enseñorea (Bruckner, Mahler, Schoenberg, Wagner…) y otro en el que naufraga, siendo prescindibles, y lo siento, sus finales de temporada. Me parece una nueva elección errónea que haga Falla, Turina y Rodrigo en su último concierto como titular. Y me parecería mas erróneo todavía despreciar su posterior aporte potencial a la BOS: ¿por qué Mena no vuelve a dirigir a la BOS?, ¿volverá Neuhold a dirigir en Bilbao? Creo que la BOS tiene una asignatura pendiente en las relaciones con sus ex. Y es una pena.

Günter Neuhold, en su última temporada como titular de la BOS

Günter Neuhold, en su última temporada como titular de la BOS

¿Qué conciertos de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa me parecen mas destacables? Para empezar, Britten en su centenario, con los maravillosos “Four sea interludes” y el Concierto para piano, el 31 de octubre y 1 de noviembre. La Quinta de Mahler, por supuesto, aunque yo no iré por dirigir Michel Tabachnik, el 12 y 13 de diciembre. Cuarta de Bruckner el 13-14 de febrero, y que luzcan Neuhold y la BOS, que les viene la obra como anillo al dedo. El 27 y 28 de marzo, al auditorio para escuchar a Alberto Urretxo haciendo el concierto para trombón de Tomasi, como el 24 y 25 de abril por escuchar -y ver dirigir- a Massimo Spadano. Finalmente, el 15 y 16 de mayo la mahleriana “La Canción de la Tierra”, con Neuhold, Paasikivi y Weinius, para mi la indiscutible gran cita de la temporada en Bilbao. Respecto a maestros invitados y solistas en conjunto, me remito al primer párrafo.

Los programas de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, también en el mismo contexto general, proporcionan diversos atractivos. El primero es escuchar “La consagración de la primavera” dirigida por Boreyko, una obra compleja, capital, que se contrasta a veces erróneamente con las muy elaboradas versiones discográficas, y que sólo existe en directo, el resto es falacia. Por eso hay que escucharla en vivo siempre que se tiene oportunidad, no suena igual ni siquiera a la misma orquesta y director en dos tardes seguidas. En Bilbao el 9 de octubre. El 4 de noviembre “Un Requiem Alemán” de Brahms, dirigido por Caballé-Domenech, un director diríase muy atractivo para la OSE. Para el aficionado bilbaíno, una buena ocasión para contrastar su versión con la Coral Andra Mari y la de Neuhold al frente de la BOS con  el Pamplonés, de hace unas semanas. Interesantes también Measha Brueggergosman cantando los “Wesendonck” wagnerianos el 20 de noviembre, y el 29 de marzo Volodos haciendo el 3º para piano y orquesta de Beethoven en un programa dirigido por Michal Nesterowicz que además ofrecerá los conocidos Preludio y Muerte de amor del Tristán y el delicioso Don Juan de Strauss, que este año da también la BOS en su temporada.

Esta tarde se presenta la temporada de cámara de la Sociedad Filarmónica. Comentaré lo que me parezca mas destacado.

 

©Joseba Lopezortega Aguirre, Bilbao, 2013 – http://wp.me/Pn6PL-3p