Día del Libro en los Jardines de Albia, Bilbao. Al fondo, una lona de los candidatos cubre la fachada de Sabin Etxea.

Día del Libro en los Jardines de Albia, Bilbao. Al fondo, una lona de los candidatos cubre la fachada de Sabin Etxea.

 

Unai Rementeria y Juan Mari Aburto, candidatos de EAJ/PNV a diputado general de Bizkaia y alcalde de Bilbao, quisieron reunirse este pasado miércoles 22 de abril, unas semanas antes de las elecciones, con representantes del entorno cultural y euskaldun de Bilbao y Bizkaia. Los invitados e invitadas éramos muy pocos y, como siempre me ha sucedido en estos pocos casos, me sentí a la vez orgulloso y algo perplejo por sentarme en esa mesa, aunque a bastantes ya les conocía. No caté el café, pero sí disfruté algunos pares de besos y algunos firmes apretones de manos -y algunas afectuosas palmadas, hay que decirlo-. La idea del encuentro, según se nos explicó, era escuchar las propuestas e ideas concretas que Rementería y Aburto han elaborado tras un proceso participativo abierto, BizkaiaGO, en el que han participado cerca de mil personas de todo el territorio histórico vinculadas con la cultura, y que se han incorporado al ADN del programa nacionalista en esta materia -entiendo que el proceso habrá sido similar en otros ámbitos-. Pero, además, existía la oportunidad de aprovechar el encuentro para debatir con los candidatos y comentar sus puntos de vista, y algunos de los invitados e invitadas lo hicimos, moderados por Ibone Bengoetxea, quien en los últimos años ha intentado, junto a Josune Ariztondo, buscar acciones y espacios compartidos. Bengoetxea estaba allí, pero Ariztondo no pudo estar y los candidatos tuvieron hacia ella cálidas palabras de reconocimiento y elogio que, con seguridad, toda la mesa hizo suyas.

Intentaré condensar lo principal del contenido de las propuestas en unas pocas ideas. Son estas. Los candidatos entienden la cultura como una potencia vertebradora y enfocada doblemente, desde y hacia la sociedad. Entienden también que la cultura se acompasa necesariamente a los ciclos económicos, pero que a su vez puede y debe ser generadora de actividad económica y riqueza. Desean alcanzar un punto de (siempre complicada) armonía entre la iniciativa pública y la privada, una convivencia fértil y beneficiosa para el conjunto de la ciudadanía. Hablan del euskera como el principal patrimonio de vascos y vascas y constatan que su uso es altamente dispar en el territorio de Bizkaia, en el que existen comarcas donde se habla más que en cualquier otro lugar y otras en las que apenas se habla.

Yo mismo descubrí que el euskera era una lengua cotidiana y viva cuando dejé Bilbao para vivir en Zornotza/Amorebieta-Etxano, porque en Bilbao no se usaba, y creo que en gran medida sigue sin usarse. Mi percepción inmediata al llegar al pueblo fue que el futuro del euskera se juega en las ciudades, pero si realmente es así o no lo podrán decir los especialistas.

Identidad y mundo

Más allá del apoyo manifiesto a Guggenheim Bilbao y Museo de Bellas Artes, la primera apuesta estratégica del PNV para el próximo mandato es un nuevo museo vasco en el Casco Viejo. Es verdad que, como recordaba Unai Rementeria en la reunión, el de Bilbao es el más antiguo museo vasco en el mundo (se cuentan cuatro), pero mi impresión tras el anuncio es que de hecho, aunque se atesore y preserve esa antigüedad, la intención es que el Museo sea completamente nuevo, tanto en lo arquitectónico como en lo museístico, para que ese nuevo espacio repercuta sustancialmente en el Casco Viejo bilbaíno. Para este equipamiento, como para los restantes museos bilbaínos, el reto será no tanto atraer a los foráneos sino a los vecinos y vecinas de la Villa y de Bizkaia, y eso significará con toda probabilidad intensificar la calidad de las exposiciones, rotarlas con cierta frecuencia e itinerarlas, pero también exigirá comprender y abordar la cultura como el resultante de una labor educativa continuada y de fondo. El objetivo, y eso convierte en plenamente sociales toda la visión y la misión de la cultura, no debe ser dotarse de equipamientos, sino de infraestructuras; no puede consistir sólo en atraer visitantes no importa de dónde vengan, ni siquiera debe ser generar una sociedad que consume cultura: el objetivo debe ser crear una sociedad culta y para eso, como recordaba Juan Mari Aburto, el compromiso sólo puede escribirse con mayúsculas.

¿Cuál es nuestra posición relativa en ese interminable recorrido? A veces, cuando pensamos en el Guggenheim Bilbao Museoa tendemos a pensar que es un brote genial y espontáneo que ha protagonizado el renacer de Bilbao, y ese ha sido efectivamente su papel en gran medida. Pero ni Bilbao ni Bizkaia nacieron para la cultura el 19 de octubre de 1997. El Museo de Bellas Artes tiene 108 años, la Sociedad Coral 129, ABAO/OLBE ofrecerá en 2015-2016 su 64ª temporada, y el rock y otros movimientos musicales (de los que lamento saber muy poco) acompañaron la Transición en salas que olían a tabaco y libertad. Existe por tanto un notable caudal del que enorgullecerse y se trata ante todo de eliminar los obstáculos para que esa fuerza siga fluyendo: que los cauces estén limpios, esa es la clave -junto al íntimo diálogo y estrecha colaboración con la educación- para que la cultura inunde Bizkaia y la fertilice, y para que la iniciativa ciudadana ejerza a su vez de imprescindible afluente y ávida receptora. Si la cultura es el alma de un pueblo, debe serlo para siempre y para el pueblo. Esta radiografía estuvo presente en las palabras de Unai Rementeria: la cultura como elemento de atracción y generación de riqueza, pero también como clave vertebradora de la sociedad, como armazón, como riqueza accesible a todas y todos, y nuestra cultura, la que hacemos en Bilbao, Zalla, Erandio, Zornotza u Ondarroa, es decir allí donde se haga si se hace, como aportación singular a valores y riquezas que son universales. Cultura que cohesiona.

Algunos compromisos concretos y un decálogo

Juan Mari Aburto se refirió, como ha quedado dicho, a la apuesta por los museos ya activos en Bilbao y por la refundación de fondo del museo vasco. También se refirió al Bilbao musical, e hizo hincapié en la actividad de los teatros y en la importancia que va a tener para la Villa la apertura inminente del Centro de Artes Escénicas, ya para el curso 2015-2016. Creo que esta apertura es una gran noticia, máxime si se piensa en que el Centro se ubicará en las instalaciones del conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga, en Sarriko, sobre una plaza en la que permanentemente suena la música. La palabra sinergia, tan manoseada como llena de potencias, parece nacida para definir lo que puede resultar de esa convivencia en el espacio. Sin asomo de bilbainismo, el amplio edificio de Sarriko debe aspirar a ser una pequeña Juilliard School y puede -y debe- marcar época en el Bilbao cultural del primer cuarto del S. XXI. Basta con hacer las cosas bien… y ser valientes.

Unai Rementeria dio a lo esencial de su programa forma de decálogo. Estos son los diez puntos (si no apunté mal):

– Creación del nuevo Museo Vasco en el Casco Viejo de Bilbao e itinerancia de las exposiciones en equipamientos de Bizkaia.
– Kulturenea, puesta en funcionamiento de un espacio de encuentro e intercambio entre artistas locales y de cualquier procedencia.
– Euskera.
– Mecenazgo cultural e intensificación y/o mejora de los incentivos fiscales.
– Involucrar en la cultura a infancia, adolescencia y juventud.
– Trabajar para que el arte y la cultura lleguen también a las residencias y equipamientos de la población senior.
– Creación de un portal digital específico en el que tenga cabida toda la actividad cultural.
– Integración de los actores culturales en redes que potencien colaboraciones e intercambios.
– Apuesta firme por la Bilbao Bizkaia Film Comission.
– Creación de un itinerario por las cuevas prehistóricas de Bizkaia, iniciando un vector de trabajo con la historia como elemento de tracción.

Cinco puntos de mi cosecha

– Impulsar que los agentes públicos e institucionales sean activos y arriesguen en sus políticas de programación, captación de nuevos públicos, etc.
– Exigir a las instituciones culturales sustentadas con dinero público que desarrollen programas productivos de captación de recursos privados, para liberar recursos necesarios en otros ámbitos de la propia cultura.
– Generar sinergias entre los actores culturales. Sarriko, nuestra pequeña Juilliard, debe ser ejemplar a este respecto.
– Detectar posibles vías de descapitalización de nuestra oferta cultural en beneficio de otras ofertas y defender activamente nuestros derechos en términos de implantación y territorialidad.
– Abrirse a la multiculturalidad. La sociedad de Bizkaia evoluciona permanentemente y en términos demográficos está abocada a evolucionar mucho más. La inmigración debe ser recibida por una sociedad y una cultura fuerte y abierta, atractiva y permeable, y al mismo tiempo debe poder aspirar  a manifestar y hacer perdurables sus propios rasgos culturales e identitarios. Ese aporte va a configurar nuestra sociedad en un plazo no muy lejano, incluyendo desde luego el valor político de su derecho a votar como nosotros y nosotras podemos hacer, si así lo decidimos.

©Joseba Lopezortega Aguirre, Bilbao, 2012-2015– http://wp.me/Pn6PL-3p