Fotografía dedicada a la Filarmónica por Thomas Hamson con ocasión de su concierto @Sociedad Filarmónica de Bilbao

Fotografía dedicada a la Filarmónica por Thomas Hamson con ocasión de su concierto
@Sociedad Filarmónica de Bilbao

Esta es la transcripción de la entrevista que hice al barítono norteamericano Thomas Hampson al término de su concierto en la Sociedad Filarmónica el pasado 5 de febrero.

Publicado en http://www.mundoclasico.com el 14 de febrero de 2014

Inaugurada en enero de 1904, la actual sede de la Sociedad Filarmónica de Bilbao permanece impasible en un contexto urbano que parece haberla puesto cerco.  A vuelo de pájaro unos 500 metros la separan de Isozaki Atea, nombre oficial de las popularmente conocidas como “torres de Isozaki”,  y del Museo Guggenheim Bilbao. Este edificio de Frank Gehry se sitúa en las antípodas de la discreta arquitectura de la veterana sala de conciertos: la obra de Gehry está pensada para imponerse desde la lejanía y erigirse como símbolo visible de la moderna ciudad de servicios, mientras que el edificio creado para la Sociedad por Fidel Iturría, hace más de un siglo, es una presencia silenciosa y noble, y apenas se percibe desde la propia calle Marqués del Puerto, en la que se emplaza. Pero por ese edificio han pasado muchos de los mas importantes músicos del siglo XX. Y continúan haciéndolo.

La entrevista tiene lugar en el camerino más próximo al escenario, tras el concierto. Desde las fotografías observan Larrocha, Horowitz, Arrau, Zimerman, Arturo Benedetti Michelangeli, Kraus, Meyer, Kreisler, Piatigorsky, Rostropovich, Yepes o Rubinstein. Actúa como traductora Patricia Sojo, de la Sociedad Filarmónica, quien además ha gestionado amablemente el encuentro del barítono de Elkhart, Indiana, con mundoclasico.com. Antes de entrar en materia, nuestro agradecimiento a Patricia.

Pregunta: ¿Cree que las audiencias tienden a idealizar el pasado? ¿No cree que orquestas, instrumentistas y cantantes son mejores ahora que nunca antes?

Respuesta: El actual nivel estándar de músicos e interpretaciones es muy alto hoy en día, y de hecho es superior al del pasado. Cuando escuchamos grabaciones de otros tiempos se puede captar perfectamente que el nivel es menor. Pero, por otro lado, hay algo que me atrae y me gusta de las grabaciones de las viejas generaciones, y es algo que las actuales probablemente no ofrecen porque todo se hace en poco tiempo, con premura en los viajes, en los ensayos… me refiero al sentido y el significado profundo de las interpretaciones.

P: Frecuentemente, cuando se comunica la música clásica se hace poniendo énfasis en su dificultad, se transmite que se trata de algo que que es especial, quizá elitista. ¿Cree que esto es así, y cree que es beneficioso?

R: Pretender que la música clásica sólo es para un determinado tipo de gente no tiene sentido, todo lo contrario. Es un mensaje erróneo. Es evidente que la música es extremadamente especial, porque nace de compositores que han sido geniales, pero eso no significa que existe sólo para un determinado tipo de gente, ni significa que por no saber de música el mensaje no vaya a llegar.

P: Sucede como en otras formas de arte.

R: Piense en un museo en el que se muestra una exposición de El Greco. En un nivel alguien puede decir: “qué cuadros tan bonitos”. Otra persona en cambio puede usar una audioguía que le explicará el por qué de esos colores, de esas técnicas, de esos personajes, o cómo el pintor cuenta una historia en el cuadro. En la música es lo mismo. Puede que saber de armonía, de instrumentos, de historia la música  o simplemente leer las notas al programa ayude a conocerla, pero no significa que la música no se pueda disfrutar sin todo eso.

Hoy en día debemos ser especialmente conscientes de este hecho, porque es más sencillo que nunca hacer que la música llegue a un mayor número de personas de todo tipo y nivel cultural. Podemos hacer la música más abordable y más accesible a la gente, y de esta manera enriqueceremos sus vidas.

P: Al menos hasta el cambio del S. XIX al XX, Centroeuropa era el principal espacio de creación de canciones: Schubert, Brahms, Zemlinsky, Wolf, Mahler… ¿Se ha desplazado esa centralidad en la producción y difusión de canciones a los Estados Unidos a lo largo del S. XX?

R: Esta pregunta necesita una respuesta extensa. A finales del S. XIX la importancia de la canción era muy grande en muchos lugares, por ejemplo en España, cuya producción de canciones fue y es muy rica. En muchos idiomas y lugares, las canciones son una vía a través de la cual explorar sus culturas y conocer cómo las personas han entendido la vida.

Llamamos Estados Unidos a una increíble extensión geográfica llena de gentes y culturas diversas, y todas ellas aportan cosas a un concepto como tan amplio la canción en Norteamerica. Pero debemos ser rigurosos, porque quizá el hecho esencial sea la increíble aportación de los europeos que llegaron a los Estados Unidos en los años treinta, cuarenta y cincuenta, por razones que todos conocemos. Muchos de esos músicos experimentaron en Estados Unidos un renacimiento, porque allí fueron libres para articular y crear su música, lo contrario de lo que sucedía en Centroeuropa. Ellos llevaron a Estados Unidos sus tradiciones y las aportaron al conjunto, y esa es una parte muy importante de la música y la cultura americanas.  La música que se ha producido en Estados Unidos es mucho más que Cole Porter, por ejemplo. Es una música que refleja nuestra forma de vivir, nuestra manera de ser americanos.

P: ¿Cuáles son los objetivos de la Hampsong Foundation?

R: El objetivo de la Hampsong Foundation es precisamente reflexionar sobre estas cosas de las que estamos hablando aquí esta noche: la comprensión de distintas culturas a través de la poesía y la música. No se centra sólo en la cultura americana, sino que trabajamos con muchos idiomas, con muchas herencias culturales.

La fundación es un espacio al que la gente puede acudir para escuchar música, especialmente canciones, y preguntarse: ¿quién hizo esta música, de dónde venía, por qué la hizo así? Y esas preguntas no están sólo al alcance de programadores musicales o especialistas, sino también de personas corrientes.

P: Su actividad está muy volcada en la difusión.

R: Nuestro lema es: “From page to stage”. Y perseguimos un trabajo intercultural, en el que todos se puedan conocer a través de las culturas y la música de todos: por qué decimos lo que decimos, por qué hacemos lo que hacemos.

La actividad de la fundación es gratuita y también se estructura en la actividad propiamente docente. En Heidelberg, donde soy profesor, selecciono ocho alumnos de entre unas doscientas solicitudes para trabajar con ellos intensamente. También disponemos de un archivo fonográfico, con grabaciones de Victoria de los Ángeles, o por ejemplo de Joyce di Donato, de grandes cantantes de la historia. La gente puede ir a escucharlos gratis y puede llevárselo a su casa. Pensamos que si alguien quiere ser cantante es importante que escuche a los grandes cantantes, lo que tienen que decir.
Tenemos también un programa de radio en una emisora de Chicago. Nuestro primer programa fue sobre la canción americana y tuvimos ocho millones de oyentes. Ese programa y otros, al igual que muchos otros contenidos, son accesibles en la web de la fundación.

/ www.hampsongfoundation.org /

 

©Joseba Lopezortega Aguirre, Bilbao, 2014– http://wp.me/Pn6PL-3p