Fiel a mi cita anual, comento cosas de 2021 a través de mis publicaciones en Facebook. En este año mi relación con esta red ha cambiado mucho, se ha hecho más distante y esporádica, de forma que mis publicaciones ni permiten resumir el año ni dan fe de muchas de las cosas que me hayan podido inquietar o atraer. Son las que son, eso sí.
Donald Trump
La victoria de Joe Biden sobre Donald Trump dio paso a una peligrosa reacción del millonario. Un año después de producirse, la suspensión de sus cuentas en redes sociales funciona como baliza de su peligrosa deriva y nos recuerda los dramáticos acontecimientos acaecidos en Washington a principios de enero.
Lady Gaga
Cantó en la ceremonia de proclamación del presidente Biden. Un periodo oscuro quedaba atrás, al menos temporalmente. Desde su villanía de tebeo Marvel, Trump medita y espera, pero el atuendo de Lady Gaga seguirá siendo maravilloso y luminoso pase lo que pase.
Negacionistas
Ya en enero comenzaban a brotar sin complejos los negacionistas, término quizá demasiado amplio y confuso. En todo caso, a lo largo del año una amalgama de visiones y actitudes ha ido haciéndose más y más presente, insidiosamente azuzada por la extrema derecha y por paladines varios de una noción poco consistente de la libertad.
Perseverance
Ahí sigue la misión en Marte, trabajando un año después. La ciencia nos proporciona muchas razones para sentir que avanzamos. Eso me parece seguro. Hacia dónde avanzamos es lo que genera incertidumbre.
Como historiador de formación, se que esa incertidumbre acompaña de forma inseparable a nuestra especie. Y pese a los errores, los pasos atrás, las anomalías y los atropellos, pese a todo ello, creo que el cómputo global no es malo… siendo tan animales como somos.
Soinuen hiria
En abril se estrenaba mi documental “Soinuen hiria”. Ahora mismo, en estos días en que escribo y publico estas líneas, avanzo para concluir un segundo documental. Y espero que vengan más.
En ambos trabajos he podido disfrutar con personalidades sobresalientes del mundo de la cultura y la música, algunos de ellos/as queridos amigos.
Madrid
Adoro Madrid. He vivido allí en tres diferentes etapas de mi vida, sumando en total unos años, y cada vez me he sentido libre y bienvenido. Una ciudad casi siempre muy por encima de sus dirigentes, y capaz de evolucionar de una forma bastante autónoma respecto del poder político; a veces chocante, otras admirable.
Pero la identificación Madrid-España es muy cansina y excesiva, y es capciosa. Quien gana Madrid no gana España, ni gobernar Madrid le hace más fuerte en algunas de las muchas periferias del Estado, ni merecen esa ciudad y esa comunidad ser instrumentalizadas de forma tan abierta y soberbia, a veces grosera, por parte de sus gestores circunstanciales -pues todos los políticos lo son-.
Pandemia
Ahí seguimos, casi dos años después. La situación se asemeja a un largo viaje: el riesgo de accidentes aumenta cuando estamos -o creemos estar- cerca del final. Los desatinos y fábulas que ahora mismo se escuchan sobre vacunas, reinfecciones, etc., es decir el rampante cuñadismo pandémico, hace que todo se vuelva turbio y borroso. Hay que sujetar el volante con firmeza.
Durante muchas semanas, incluso comprendiendo sus razones, abominé del protagonismo envalentonado del sector hostelero. Parecían los únicos afectados. Y, al menos en mi entorno, no lo fueron, aunque supieron copar los titulares.
Vacunas
Las vacunas, con sus idas y venidas, nos sumergieron en un caos que sigue coleando, pero en términos generales se están demostrando confiables y eficaces y no deja de resultar maravilloso que se hayan podido producir e inocular en cantidades asombrosas.
Acompañé a mi suegro a su primera dosis. Fue el encuentro entre dos realidades admirables: la vacuna y mi suegro.
Años 20
Disfruté muchísimo de la exposición que Guggenheim Bilbao dedicó a los Años 20. Hice una serie de programas radiofónicos centrados en la dimensión musical de aquellos años. Programas así son apasionantes porque nos permiten estudiar y aprender, y tengo la suerte de contar con amigos y amigas de quienes aprendo mucho y que colaboran conmigo.
Producir un disco
En 2021 también he producido un disco, cosa que no había hecho nunca. Mi trabajo comenzó en mayo y todavía no ha finalizado. Pero está mereciendo la pena, porque he tratado con algunos músicos y personas excepcionales.
El verano me proporcionó momentos musicales maravillosos. Uno fue grabar el disco de Soinuaren Bidaia en la Sociedad Filarmónica de Bilbao, otro escuchar a Mitsuko Uchida de nuevo, esta vez en Kursaal, Donostia. Hizo un Schubert maravilloso.
Autores
Dos sobre otros en 2021: Simon Leys y Chesterton.
Kabul
Oscuro intenso, crepuscular. Fueron días terribles, y me llama la atención que meses después las cosas parecen más sosegadas de lo que se barruntaba.
Muertes
Mis amigos Lucía Martínez Odriozola y Theo Garagounis han fallecido en 2021. Muertes prematuras.
En la entrada del cementerio de Hernani, cuna de mi familia materna, puede leerse una frase: «Pronto dirán de vosotros lo que hoy decís de nosotros: ¡murieron!» Y esa sola frase es, en mi opinión, una invitación expresa a vivir intensamente, a salir al encuentro de la tentación, la libertad, los paisajes, los sonidos, las voces.
También murieron en 2021 Bernard Haitink y Stephen Sondheim; y quizá otros nombres que me conciernen, pero que -quizá egoístamente- no voy a ponerme a recordar.