Dirigir despeinándose, IV. Herbert von Karajan: amores de Narciso y Eco
Despertar, ducharse y afeitarse de forma meticulosa. Fijar la mirada en el espejo, llevar las manos al cabello y ahuecarlo y moldearlo, observándose. Los ojos que aprecian cada matiz de la propia mirada y siguen cada paso preciso de los…
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