Publicado en Mundoclasico el 21 de marzo de 2018
Cinco títulos y un concierto protagonizado por Jessica Pratt constituyen la 67ª temporada de ópera de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, ABAO-OLBE. Pratt cantará fragmentos de Lucia de Lammermoor, La Straniera, I Puritani, La Sonnambula y Hamlet, de Ambroise Thomas, en un recital titulado “Delirio” para el que no se ha anunciado orquesta (ya hay quien apuesta por Verum), pero sí director, Giacomo Sagripanti.
La temporada se abre con La Bohème, en una producción del Teatro Massimo de Palermo creada por Mario Pontiggia. La Asociación quiere arrancar la temporada sin riesgos y con previsibles llenos: Ainhoa Arteta será Mimi, y no se han escatimado elogios hacia esta dama tan respetada y apreciada en Bilbao, todo un reclamo en taquilla; Rodolfo lo hará el rumano Teodor Ilincai, primera vez en ABAO, para Marcello se cuenta con Artur Rucinski, de quien en la plaza se recuerda un buen Germont hace unos años dentro de una Traviata globalmente olvidable y Musetta estará a cargo de Jessica Nuccio, también debutante en Bilbao. Hay que destacar que La Bohème tendrá un segundo reparto en una quinta función, segundo reparto que tiene el indudable aliciente de presentar a Ruth Iniesta como Musetta, todo un lujo, y a Vanessa Goikoetxea como Mimi. En el foso la Sinfónica de Euskadi, OSE, y Pedro Halffter, quien gustó con Manon Lescaut hace dos temporadas.
Fidelio llegará un mes más tarde, en noviembre, marcando dos hitos. El primero, que la función del 24 de noviembre será la número mil en la historia de ABAO. Aquí hay que detenerse para felicitar anticipada y efusivamente a la Asociación: no tanto por el guarismo, desde luego redondo, sino porque alcanzarlo es un triunfo de la iniciativa, la perseverancia y la gestión privada. El segundo hito, de escala menor, es que estas funciones de Fidelio las dirigirá Juanjo Mena con la Sinfónica de Bilbao en el foso. Es un reencuentro importante en la escala musical local, porque Mena y la BOS no han trabajado juntos desde que Mena abandonara la titularidad de la orquesta bilbaína hace ya unos cuantos años, y sucede en la temporada de ABAO, cerrando un periodo de largo desencuentro, ¿para cuándo Mena en la temporada sinfónica de la que fue su orquesta? La escena es la de José Carlos Plaza para el Teatro de la Maestranza, y el dúo Leonore, Florestan lo cantarán Elena Pankratova y Peter Wedd.
I Lombardi es el segundo título con la OSE en la temporada. Dirigirá Riccardo Frizza a Josep Bros, Ekaterina Metlova, Roberto Tagliavini y Sergio Escobar, la producción es del Regio di Parma con dirección de Lamberto Puggelli. I Lombardi es un paso más en la culminación del Tutto Verdi, ya muy cercano para alivio de propios y extraños, y ese es el principal motivo de programación de un título que apenas se representa y que, según se ha contado en la presentación de la temporada, sólo tiene dos producciones disponibles en el circuito. A ver qué depara, dado que en algunos títulos poco representados del ciclo Tutto Verdi se han encontrado calidades inesperadas.
Angela Meade, Daniela Barcellona, Simón Orfila y José Luis Sola son la columna vertebral de Semiramide, con producción del San Carlo de Nápoles dirigida por Luca Ronconi. En el foso la BOS, con el maestro Alessandro Vitiello. Semiramide llevaba 22 temporadas sin representarse en Bilbao. Todo el elenco anunciado es conocido en la ciudad.
El último título de la temporada es Les Pêcheurs de Perles. Producción de La Fenice, creada por Pier Luigi Pizzi. Javier Camarena, María José Moreno, Mariusz Kwiecien y Simon Lim. Como sucede en Semiramide, todos ellos son conocidos en Bilbao. En el foso la Sinfónica de Bilbao, BOS, y dirección de Francesco Ivan Ciampa.
La temporada no sobresale por su audacia, pero sobre el papel es consistente -hay que cruzar los dedos para que no se prodiguen las cancelaciones- y debiera permitir que se mantenga la buena calidad media alcanzada en las últimas temporadas. Cierto reconocimiento implícito del doble embargo sobre la programación que supone contar con sólo cinco títulos y tener que completar el Tutto Verdi, permite vislumbrar una ABAO que se prepara para dejar atrás unos años de galeras recorridos con clase y mucho sentido común, una ABAO todavía conservadora que con seguridad se plantea su papel estratégico en el seno de una ciudad con no pocos estímulos e impulsos que miran al futuro.